El aceite de oliva es conocido desde la antigüedad por las grandes civilizaciones, ya que posee muchas propiedades beneficiosas para la salud, por ello es conocido como el oro negro, además de ser un poder básico de la dieta mediterránea. El aceite de oliva se extrae de distintas clases de aceitunas, en nuestra zona de Zambra se realiza con aceitunas de la variedad Hojiblanca y Picual, el color de este aceite oscila del amarillo verdoso al verde dorado, en la cata posee un aroma frutado intenso, almendrado amargo y frutado maduro.
Desde la antigüedad para la elaboración del aceite de oliva, se han utilizado prensas y molinos que han ido evolucionando desde las prensas con tracción humana pasando por la prensa movida por tracción animal a las más modernas movidas por tracción mecánica.
El molino de rulo, también llamado empiedro cónico, se empieza a utilizar en España a finales del siglo XVIII. La novedad que presenta este molino de elaborar el aceite de oliva consiste en sustituir las piedras cilíndricas del viejo molino romano por conos de piedra truncados, cuya generatriz descansa alineada sobre la solera y así se evita el efecto deslizamiento. Al coincidir el desarrollo de la superficie cónica exactamente con el sector circular recorrido, permite mayor efecto de trituración de la aceituna.
Una vez recolectada la aceituna es conveniente que no pase mucho tiempo entre la recogida y el proceso de elaboración del aceite.
Las aceitunas son lavadas para eliminar las impurezas y pequeños cuerpos extraños que puedan llevar, una vez lavadas se introducen en los molinos de aceite para ser trituradas, se consigue una pasta que posteriormente se deposita en la prensa en capas separadas por capachos (planchas circulares de esparto entrelazado), al presionar esta pasta se libera el contenido liquido que contiene la aceituna, posteriormente el malo de prensa (alpechín + aceite) es conducido a piletas de solería que hacen que el aceite se separe del alpechín por efecto de la gravedad o decantación natural.
En Zambra había un número considerable de molinos de aceite esparcidos por todo su término; eran muchos los cortijos que disponían de su propio molino, como por ejemplo: La Muralla, Las Josefinas, La Pintada, Los Frailes, La Concepción, Los Bonillas, Los Canelas, La Capilla, El Higuerón, La Prensa y Casería de Manolo Jiménez entre otros.
Hasta hace poco tiempo alguno de estos molinos han estado funcionando, pero la mayoría han desaparecido y sus caseríos están en ruinas, como podemos apreciar en las fotografías, entre estas ruinas aun pueden verse tinajas, piedras de moler y demás elementos de funcionamiento del molino.
Es lamentable que en Zambra no se haya reconstruido alguno de estos molinos, siguiendo el ejemplo de otros pueblos con menos tradición olivarera y podamos tener un Museo del Aceite, ya que forma parte de nuestra cultura y patrimonio popular.