Las coplas tradicionales en Zambra (Córdoba)
Silvia Montes Campaña
Además introducen temas de la actualidad política, cultural, social y económica, ya sea a nivel regional o nacional. Al respecto, A. Cruz Casado:
...con frecuencia son dos los troveros que se ensañan en una disputa amistosa, pero de la que no están ausentes, en ocasiones, las puyas, las alusiones malévolas ala vida íntima y personal de oponente y, alguna vez, los insultos...[10]
A veces, el público también interviene. Este público activo es claramente masculino y espontáneo. En el prólogo de Cruz Casado a la obra de Rodríguez Aguilera (op. cit.):
...El público corea cada estrofa, aplaude, ríe y está a la expectativa del debate invitando y colaborando en el aspecto lúdico de la fiesta...
Tiene facilidad para la elaboración de estas coplas y puede tomar la palabra o incitar con algún comentario a que se anime la “disputa”. Así se crea un ambiente de diversión y expectación. Los asistentes aplaudían especialmente la gracia “verde” o “picante” referida a la sexualidad. Esto, así como el machismo tradicional que aún existe en la zona (sobre todo en la gente mayor, con otras costumbres), hace que no sea muy frecuente la presencia de público femenino, aunque he de decir que a las últimas veladas a las que he acudido, he podido notar un aumento considerable del público femenino, si bien es cierto que sigue predominando el masculino de una cierta edad (mayores de 50 años, sobre todo). Como ya se ha señalado, no es requisito imprescindible que los poetas tenga un elevado nivel cultural ya que los poetas procuran hacerse entender por el público y el uso de tecnicismos o cultismos podría interferir en la correcta codificación del mensaje por parte de los espectadores. De hecho, según señala Rodríguez Aguilera [11]:
...Sería conveniente hacer una distinción en cuanto al público asistente: gente culta y de buena posición social y gente de la calle y trabajadora; esta última es la que gusta de los poetas. Razones: la gente del campo posee unas características similares a las del trovero, pues tiene las mismas costumbres, los mismo o parecidos problemas, el mismo nivel cultural y del mismo ambiente...[...] Otra de las razones de que el público asistente sea gente humilde, lo mismo que lo es el poeta, es la siguiente: antiguamente estaba mal visto ser poeta, aunque se tuviera la facultad de improvisar, si se tenía dinero, no se cantaba en público. [...] El 80% son personas con más de 60 años, el resto adultos y pocos niños. El 80 % son varones y el resto mujeres [...] por aquello del machismo, los hombres van solos [...] prevalece la misoginia [...] Los cantaores se tiran fuerte y a las mujeres les da vergüenza oír cosas “verdes”. [...] A la juventud le gustan otras diversiones...
El texto anterior nos dice que la juventud nos suele acudir a este tipo de veladas poéticas, porque prefiere otro tipo de diversiones (fútbol, discotecas, etc.).
Todas estas composiciones tienen en común el tono festivo y lúdico, como la siguiente:
Tengo más frío que Dios
Y más sueño que San Roque
Pronto tiro la guitarra
Y el demonio que la toque.
(Antonio Rodríguez Montes, 52 años)
[10] A. Cruz Casado, en el prólogo a la obra de RODRÍGUEZ AGUILERA, F. (1987), Poesía popular en la serranía sur de Córdoba, Gráficas González, Córdoba.
[11] Op. cit.